El agua que se brinda a la población en la actualidad posee una salinidad superior a la media histórica, debido a la intensa bajante del río Coronda. Por consiguiente experimentó un cambio en el sabor del agua tratada final. Esto se da sin perjuicio alguno de su aptitud para consumo humano.

El tratamiento aplicado en la planta potabilizadora remueve turbiedad, color, partículas en suspensión y microorganismos pero no puede eliminar sales disueltas, por este motivo se produce un cambio de sabor percibido claramente por los consumidores.